Archivos Mensuales: May 2019

Recorriendo Perú XV

DIA 15   REGRESO A CASA.

Todos los viajes tienen un punto final y éste nuestro no podía ser diferente. Esta mañana a las seis y cuarenta minutos, hora local, nos han recogido en la puerta del hotel para llevarnos al aeropuerto y volar a casa.

Durante el trayecto he ido recordando la tarde de ayer tras aterrizar. Nos trajeron al hotel y una vez sin equipaje, nos echamos a la calle para saborear las últimas horas en éste hermoso y caótico país.

Comimos en un restaurante, paseamos por las avenidas de Miraflores y al atardecer, teniendo en cuenta el madrugón de hoy, tomamos como cena un estupendo chocolate con churros en el sitio más inesperado y elegante de la avenida Larco: Casa Manolo, especialidad en churros y tortas (para nosotros tartas). Desde ahí volvimos al hotel y ahora, tras pasar el checkin y facturar las maletas hemos buscado la puerta de embarque.

 

De camino he comprado una botella de pisco, que me han precintado oficialmente para pasar los controles de aduana.

La cola para subir al avión ha sido leve, pero la cola de aviones para salir nos ha causado una hora y veinte minutos de retraso, lo que supone perder el enlace en Madrid y tener que lidiar con la compañía a la llegada para conseguir otro vuelo.

 

Reconozco que lo mío no es la paciencia pero es que me parece tan mal organizado el aeropuerto que me saca de quicio. Veamos, si la frecuencia de vuelo es de uno cada tras minutos y medio, todos los aviones al ralentí durante hora y veinte son un exceso incluso para los países productores de petróleo.

O sea que están quemando y enviando a la atmósfera una cantidad inusitada de CO2 y además no cumplen los compromisos con los clientes. En fin una vez arrancados comprobé que tendríamos el tiempo justo si ambos aviones estaban en la misma puerta de embarque, pero como suponéis, eso es totalmente imposible.

Faltando una hora para aterrizar en Madrid, personal de a bordo nos indica que han procedido a cambiarnos el vuelo para otra hora y que con solo presentar el pasaporte embarcaremos hacia casa. ¡Bien por la eficiencia, sí señor!.

Aunque nos ha costado cuatro horas de espera, ha merecido la pena. Ya en Madrid me han abierto el equipaje porque traía una botella de pisco. La han desprecintado, la han introducido en una máquina, me han pasado las barras test de control por dentro de la mochila y la han vuelto a precintar una vez comprobado que era lo que declaraba: PISCO.

Volvemos a hacer cola para embarcar y una vez en el avión, en un vuelo de cincuenta minutos nos hemos quedado dormidos profundamente más de la mitad del trayecto. Llevábamos veinticinco horas de pie, sin dormir y el cuerpo sigue siendo muy previsor.

Al llegar a destino, las maletas facturadas en Lima pasan otro control y a la pregunta del guardia: ¿Algo que declarar?, le contestamos: Sí, el cansancio. Sonríe y nos deja salir a la busca de un taxi que nos llevará a nuestro hogar a una velocidad increíble.

Ahora en casa solo queda organizarnos. Organizar la ropa, deshacer las maletas y archivar las fotos. Lo otro, lo vivido, lo iremos saboreando poco a poco como una aventura vivida, con la certeza de haberla disfrutado segundo a segundo y con la alegría de haber logrado hacer realidad unos de los pequeños sueños que iluminan nuestras vidas.

(Acabado de recopilar del cuaderno de notas hoy, 30 de Mayo. Disculpen los retrasos amables lectores, pero la vida te da cosas y buenas o malas hay que tomarlas como vienen. Ya les contaré…)

Recorriendo Perú XIV

DIA14   CUZCO – LIMA

Un taxi nos ha llevado esta mañana hasta el aeropuerto de Cuzco. Este aeropuerto está dentro del casco urbano, mejor dicho, la ciudad ha crecido hacia las colinas absorbiendo el aeropuerto.

Es pequeño pero tiene una alta densidad de tráfico y debido a ello hemos tenido que esperar subidos en el avión más de cincuenta minutos.

Al ser domingo el tráfico es algo más fluido que los demás días pero no nos quitaron de encima los veinte minutos de coche en zigzag por las calles de la ciudad para llegar al aeropuerto.

Cuzco nos despidió nublado y con una noche de lluvias y Lima nos ha recibido con sol y calor. Tampoco en Lima nos libramos de los cincuenta minutos de coche.

El operador turístico ha sido de lo mejor hasta ahora. No ha fallado nadie, ningún enlace, ningún acompañante. Nos hemos sentido en todo momento atendidos.

Sobre los contras, que los hubo también, citaremos el hotel de Lima, cuyos desayunos han sido raquíticos; el hotel de Cuzco, muy bien centrado pero no apto para cardíacos en una ciudad situada a esa altura, pues carece de ascensor y sus escaleras…; y el hotel de Puno, anticuado y con cama supletoria en la habitación.

Hemos madrugado todos los días sin excepción pero es debido a que a las 18,00 ya es noche cerrada y todo lo que se puede visitar con luz del día hay que visitarlo en las horas centrales del día.

Recorriendo Perú XIII

DIA 13   AGUAS CALIENTES – CUZCO

Hoy hemos dormido en Aguas Calientes y la mañana hasta la hora del tren la hemos pasado paseando por este lugar. Es la festividad de la Cruz de Mayo y como fiesta religiosa, la llevan celebrando desde el día de ayer.

En este pueblo tienen una iglesia pequeña construida recientemente pero hoy visten las cruces con unas casullas preciosas, bordadas en oro, que las peñas pasean a ritmo de flauta y tambor todo el día tras la misas.

 

El pueblo viste sus mejores galas mientras los turistas sacan fotos y videos sin freno. En las calles hay muchas esculturas de incas notables y muchos trabajos en roca hechos por artistas locales.

 

A la hora convenida nos dirigimos a la estación a tomar el tren que nos devolverá a Ollantaytambo . Justo llegar a la estación y comenzar a llover, todo uno. Nos despide con llanto este lugar. Hemos subido al tren para volver a atravesar un paisaje hermoso y triste a la vez.

 

Esta vez nos han obsequiado con un vaso de chicha morada (bebida nacional de la fermentación del maíz morado) y un dulce de patata muy sabroso. A continuación nos han hecho un pase de modelos de ropa elegante de alpaca con diseños exclusivos de la compañía Inka Rail que nos transporta.

A la llegada, una persona nos espera para llevarnos hasta nuestro hotel en Cuzco. Dos horas más de viaje por las carreteras que ya conocíamos. Llegados a Cuzco hemos salido a dar un paseo y a ultimar las compras que nos faltaban pues mañana en Lima no creemos que nos de tiempo.

Nos gusta Cuzco. Todas las tiendas, cafés, restaurantes, etc. con independientes, no de ninguna gran cadena, No hay sino comercio local y eso es muy respetable y admirable al mismo tiempo.

Hemos vuelto a cenar en el lugar de la primera noche y durante la cena nos han amenizado con música popular un cuarteto que actúa en el local.  Ahora hemos organizado las maletas para mañana a las nueve en punto que nos recogerán y volaremos hasta la última etapa de este sueño de viaje.

Recorriendo Perú XII

DIA 12   AGUAS CALIENTES – MACHU PICCHU.

Salimos temprano de Urubamba hacia la estación de tren de Ollantaytambo. La carretera es mala pero los conductores son unos artistas. Se cuelan entre el tráfico como verdaderas serpientes.

En veinte minutos estábamos en la estación de donde parten los trenes que suben al pueblo de Aguas Calientes o Machu Picchu, que viene a ser lo mismo. El tren es una serie de vagones con unos amplios ventanales y una abertura superior en el medio techo sobre cada ventana, que deja ver in impresionante paisaje.

  

La salida del tren se anuncia con una campana, tradición hoy perdida en nuestro país, pero que aquí se conserva y utiliza. Me trajo recuerdos de hace muchos años…

Durante el trayecto las vistas son excelentes. Comenzamos el recorrido a 2.600 msnm para acabar en la zona a 3.800 msnm. Durante todo el trayecto hemos ido bordeando el río Urubamba y tan solo lo perdemos de vista cuando rodea la zona de construcciones para adentrarse en la selva y verter sus aguas en el Amazonas.

Después de una hora y media de trayecto (45 km) contemplando unos paisajes increíbles, llegamos a la estación de Aguas Calientes, punto de partida para subir a la ciudadela. Tomamos un autobús que subirá serpenteando por la falda de la montaña y seguimos alucinando con el paisaje.

  

La carretera es de tierra y piedras. Las curvas están adoquinadas, pero el resto es un rompedor de suspensiones de los autobuses. Al llegar nos están esperando para pasar al circuito con un guía que nos acompañará hasta la salida. El guía que nos asignan tras recibirnos se interesa por nuestra salud. Vamos a subir muchos tramos de escalera y el consejo sigue siendo el mismo: despacito y mirar dónde se pisa.

Comenzamos el ascenso y a los diez minutos la vista es impresionante. Nos deja un corto tiempo para fotos y seguidamente volvemos a continuar subiendo más alto. En nuestra siguiente parada las vistas son aún mejores. En este punto nos detenemos y tras las fotos de rigor, comienzan las explicaciones.

  

Aquel lugar no saben cómo se llamó originalmente, pero machu picchu en quechua significa montaña joven o alta, luego todo lo que rodea la construcción son machu picchu. Quien encontró el lugar en 1911 fue un norteamericano llamado Hiram Bingham que andaba a la búsqueda de la fortaleza de Vilcabamba, último foco inca de resistencia a los conquistadores españoles, que tras cuarenta años de lucha fue abandonado.

Observado el recinto desde este punto, se puede ver que fue un lugar amurallado, que solo tiene una puerta de entrada y salida y ésta coincide con el final del camino inca, único para llegar hasta aquí. Nos señalan que el camino inca fue destruido en parte para que los invasores españoles no encontraran éste lugar. Se comenzó a construir más o menos sobre 1400 y en 1530 se abandonó sin llegar a concluirlo. Aunque las terrazas eran cultivadas, no era autosuficiente para mantenerse y la falta de alimentos, así como la mano de obra, que no toda era de la región, obligaron a su abandono.

 

El conjunto está formado por una serie de viviendas que ocupaban los habitantes. Es curiosa la diferencia de altura de las puertas. Las casas nobles tienen la puerta alta para que los nobles, siempre con tocados de plumas y plantas en la cabeza, no tengan que agacharse al entrar.

Existe una construcción que sobresale por su forma. Todo es rectangular menos esta que es circular y tiene dos ventanas por las que penetra la luz directamente el 21 de junio y el 21 de diciembre, solsticios de invierno y verano respectivamente en esta latitud.

El paseo por sus terrazas y escaleras se hace muy interesante porque nuestro guía nos va mostrando detalles que nos pasarían desapercibidos. Estas entradas de luz que menciono, lo hacen sobre la altura de las montañas y en los puntos en que lo hace, hay también construcciones que servían como vigilancia y control de entrada al valle.

Cada una de las montañas que lo rodean tiene en su cumbre un resto de edificación. Para subir a ellos hay que dedicar otro día pues se tarda en recorrerlos al menos tres horas entre ida y vuelta.

Dentro de los vestigios que se han podido reconocer, hay uno muy curioso. Una piedra con cuatro ángulos que marca perfectamente los cuatro puntos cardinales. Lo comprobamos con una de las muchas aplicaciones que tienen los teléfonos móviles.

El circuito que hemos realizado ha durado cerca de cuatro horas. Lo que hemos estado visitando es mensurable, pero el asombro que nos transmite es inconmensurable.

Los visitantes son muchos. Para subir hasta aquí no hubo que aguardar cola, simplemente bajamos del tren y subimos a un autobús frente a la estación. Bajar es otro cantar, todos queremos bajar y la cola para hacerlo es de más de una hora.

No puedo dejar pasar por alto el detalle que vimos: una llama dio a luz mientras cientos de turistas pasaban  a su alrededor. La pequeña llama, milagro de la naturaleza, tardó un tiempo en levantarse mientras su madre la lamía y limpiaba con enorme cariño. Enternecedor.

En esta ciudadela hay unas normas estrictas que todos debemos cumplir, por ejemplo no dejar basura, no sentarse con los pies colgando de las terrazas, no hacerse fotos tipo selfie peligrosas ni fotos sin ropa. Los encargados de las llamas también lo son al mismo tiempo del decoro y cumplimiento de estas normas.

Con ésta visita casi hemos terminado nuestro viaje. Tenemos todavía tres días de recorrido y no nos sentimos cansados de arrastrar las maletas, de subir y bajar a los transportes y de conocer tantas y tantas cosas y lugares nuevos.

El trato con la gente ha sido excelente. Hemos convivido con españoles (cómo no), portugueses, mejicanos, panameños y sobre todo con los naturales del país. Mañana volveremos a viajar en ese maravilloso tren de vuelta a Ollantaytambo y después a Cuzco. Seguro que también vemos nuevos paisajes que nos confirmen la belleza de éste singular país.

Recorriendo Perú XI

DIA 11   CUZCO – VALLE SAGRADO

Esta mañana temprano hemos salido de Cuzco en dirección al Valle Sagrado. A las siete de la mañana el tráfico ha sido tan brutal que nos han tenido que recoger con un taxi para ir al punto de encuentro, porque la policía local había cerrado el acceso a la plaza de armas a vehículos de más de cuatro plazas.

Nos dirigimos  al valle de Urubamba y para poder verlo en toda su grandeza ascendemos a un mirador en Raqchi desde donde se divisa una impresionante vista.

Tomadas las fotos de rigor, otro trayecto en coche para detenernos en un punto donde hemos dado de comer a una vicuña y a una llama. Seguidamente nos han mostrado cómo se devana la lana, cómo se lava con una raíz natural de textura jabonosa (la persona que nos lo explica dice que es un buen champú y que evita las canas, por eso no las tienen los naturales del país) y cómo mezclando diversos productos con cochinilla, consiguen los vistosos y coloridos diseños de sus ropas.

 

En ese mismo lugar había ropa de alpaca y joyería en plata, con diseños exclusivos. Toda una tentación.

Continuamos viaje para visitar Maras, unas salineras impresionantes. Consisten en pequeñas parcelas que pertenecen a los habitantes y ellos explotan la famosa sal de Maras. De un río subterráneo que no se conoce el origen, canalizan el agua que mana entre 16º y 18º y con una salinidad parecida a la marina.

 

Esa agua corre por un canal e inunda las parcelas de manera controlada por los propietarios. El agua queda embalsada y en una semana se evapora, quedando una capa de sal de 10 cm de espesor. La sal de la superficie se usa para mesa, la del centro para asados y la del fondo para tintes, salazones, embalsamamientos, etc. Toda una lección de aprovechamiento. Solo sirve la de éste río. En temporada de lluvias el agua dulce no se evapora y la eliminan drenando las terrazas.

Desde aquí nos dirigimos a Moray para contemplar un centro de cultivo experimental de la época del imperio inca.

Diversas terrazas escalonadas rodean a otras en un círculo perfecto. Los incas plantaban granos de diversos cultivos para adaptarlos a la altura de sus tierras y el sistema era eficaz. Estaba preparado de manera que la lluvia no lo inundase y los drenajes repartieran el agua equitativamente. Al igual que los romanos, supieron canalizar y aprovechar los recursos hidrográficos de manera efectiva.

   

Seguimos camino de Urubamba para comer y tras la comida continuamos por carretera, ya dentro del valle, que nos llevará hasta Ollantaytambo , lugar que conserva la estructura de un pueblo inca y en cuyas laderas está el Templo del Sol.

El templo del sol son una serie de terrazas originalmente dedicadas a cultivo, que culminan en un espectacular altar hecho con bloques de piedra traídos de las montañas de enfrente.

Para subir al altar hay que hacerlo por una escalera con 244 peldaños. Podéis imaginaros, a 3.600 msnm y aún tener que subir hasta arriba, combatiendo la falta de aire… ¡Pues nosotros lo hicimos! La vista es impresionante y da una idea del conocimiento astronómico que tenían estos incas.

Los canteros, como en todas las obras, dejaron su señal, por eso se sabe que la mayoría de ellos eran de la civilización tiuanaco. Durante el día, la temperatura es alta, pero cuando se pone el sol enfría notablemente. Es un lío vestirse por la mañana y despojarse a medio día para volverse a cubrir todo al atardecer.

No salimos de nuestro asombro en cuanto a las maravillas de ésta civilización que tan bien supo estudiar la naturaleza y aprovechar sus recursos, escasos a estas alturas del nivel del mar.

En el hotel nos espera cena y cama y mañana otra vez a madrugar para ir por fin a visitar Machu Picchu.

Recorriendo Perú X

DIA 10   CUZCO.

Hoy salimos a la calle a las nueve de la mañana. Vamos directos a fotografiar la plaza de armas, porticada, plana, bella y rodeada por la catedral y los jesuitas. Sus balcones de madera traen reminiscencias españolas y aunque los nombres de las calles tengan otro sonido, la arquitectura no miente.

Hemos visitado la catedral de incógnito durante la misa de nueve. Tras lo visto ayer me parece grande pero normal, tal como otras, sin aportar apenas nada nuevo. Pero siempre encontramos algo curioso.

En la Catedral hay un Cristo acompañado de una Virgen y un San José que contrasta con ambas figuras por su color oscuro. Dicen que es el Cristo de los Temblores, patrón de Cuzco, protector de los seísmos.

Su figura es de color oscuro, debido a los barnices de la época y al humo de las velas, pero llama la atención la postura de los pies, que no están cruzados sino arqueados, y los pómulos, que son indios. Además, la corona de las figuras que lo acompañan son representaciones del sol y la luna, símbolos claramente incas. Todo un guiño a la fusión cultural religiosa.

  

Después, caminando hemos ido al mercado de San Pedro, típico y colorista donde los haya. En él se mezcla todo el sabor de un país; ropa, alimentos y frutas forman un abigarrado conjunto. En las fruterías ofrecen zumos de los frutos del país hechos al momento. Las prendas de alpaca, de confección semi artesanal, las figuras de barro o los diversos colgantes y pulseras, lo llenan en parte.

Las gentes son amables, no se cortan en regatear los precios y si no compras, siguen mostrando su sonrisa. Tras varias vueltas y compras, volvemos al hotel caminando y disfrutando de éste día entre nubes y claros por las calles del centro, llenas de visitantes.

Después de comer nos han recogido para hacer una visita guiada a varios sitios de los alrededores. El primer sitio visitado es la fortaleza de Sacsayhuamán, donde hemos podido observar una construcción típica  inca. Está situada sobre un cerro que domina todo el valle donde se asienta Cuzco.

Construida sobre roca, sus ajustes asimétricos son espectaculares. La roca fue trabajada con otros materiales más duros y ninguna es plana por su cara visible para facilitar su transporte. La ingeniería del sitio es asombrosa, teniendo en cuenta la poca tecnología que los incas conocían. Aunque conocían la rueda, tan solo la usaron como base para moler grano o en la construcción de calendarios, ya que la orografía de sus caminos no permitía su uso.

  

Al salir de la fortaleza nos llevaron a conocer el lugar de Q’enqo, un templo dedicado al sol, luna y estrellas en el que además embalsamaban cadáveres de nobles. A los no nobles los enterraban en posición fetal con todas sus herramientas y en algunos casos, comida para el viaje.

Comentan que los cadáveres de niños aparecidos en las cumbres de los volcanes no eran sacrificios sino ofrendas para compensar algún maleficio. A los niños les emborrachaban con chicha y una vez dormidos los dejaban solos y morían congelados sin enterarse debido a la ingestión de la bebida.

Después hemos visitado otra construcción, Puca Pucará, un lugar de descanso del Inca en sus desplazamientos. También servía como aduana para controlar el tráfico de grano desde y hasta Cuzco, ya que está situado en medio del camino inca. Este camino atraviesa prácticamente todo el subcontinente de norte a sur.

Nuestra siguiente visita ha sido al antiguo templo de Korikancha. Este templo inca fue dedicado al dios del trueno, rayo y relámpago. Cuando los españoles llegaron, el templo fue derruido casi en su totalidad y se lo cedieron a los dominicos quienes construyeron la actual iglesia y convento sobre sus ruinas.

La arquitectura inca es sorprendente en cuanto a su realización. No hay unión angular entre pared y pared, sino que una misma piedra constituye parte entera de ambas paredes, con lo cual la habitación es una sola pieza y los terremotos la pueden bambolear pero no derribar.

  

Al construir los techos de caña y paja, los terremotos y las erupciones que los producen solo derriban los techos sin causar problemas mayores. El convento es el de Santo Domingo de Cuzco y aunque sigue en pie, dentro de su recinto se conservan de modo original los recintos sagrados de los incas.

Las festividades cristianas acomodaron a sus fechas las de los habitantes y eso facilitó la conversión al catolicismo de los nativos.

Hemos visto tantas cosas, tan interesantes que apenas si puedo recordarlas todas, pero es emocionante aprender de quienes tanto progresaron y fueron subyugados por personas menos cultas en cuanto a conocimiento natural.

El inca no necesitaba explicarse su religión, simplemente seguía la naturaleza en la que vivía y no necesitaba del temor para creer en sus divinidades.

Recorriendo Perú IX

DIA 9   PUNO – CUZCO

Salimos hacia Cuzco a las 6,45 h. de la mañana. Vamos a recorrer cerca de 400 km en ocho horas, con varias paradas intermedias para conocer nuevos sitios.

Aunque el autobús es cómodo, las carreteras son espantosas y entre limitaciones de velocidad y baches, el final puede ser terrible.

El paisaje que vamos viendo es espectacular. Circulamos por una llanura encerrada entre dos cadenas de montañas, el altiplano que comparten Bolivia y Perú. Nuestra primera parada es el pueblo de Pukara. En él se encuentran restos arqueológicos de una antigua pirámide escalonada. Ocupada entre 200 ac y 600 dc las figuras antropomorfas de un gran sacerdote cortador de cabezas y varias piezas más pequeñas, llenan una de las salas del museo.

Nuestro guía nos cuenta la historia del descubrimiento de la pirámide y del personaje representado. En otra de las salas hay una estela explicativa donde se ve claramente la simbología religiosa: arriba el cóndor, en el centro el puma y debajo el submundo de la serpiente, la astucia. Una vez visitado pasamos por la plaza mayor a contemplar una hermosa iglesia, antes de continuar viaje.

Durante el trayecto vemos como las cordilleras se van acercando y cerrándose en V haciendo el altiplano cada vez más pequeño. Hay gran cantidad de ganado: vacas, vicuñas y algunos mulos.

Llegamos al lugar llamado La Raya, donde las dos cordilleras se unen para seguir hacia el norte formando ya una sola. En ese punto estamos a 4.500 msnm.

Nos detenemos a comer durante 45 minutos y continuamos viaje pero no nos dejan dormitar pues a los quince minutos llegamos a Raqchi para visitar el templo del dios Wiracocha.

Lo que vemos son las ruinas de un gran templo, con la estructura de todos los templos incas: una parte para el culto, otra para vivienda, otra para almacenaje en colcas o tinajas de los alimentos deshidratados y otra para rituales y purificaciones. Lo que queda en pie del recinto da una idea de lo ordenados que eran. Desde aquí partía el camino que lleva a Puno y Arequipa, camino inca muy utilizado en la época del imperio.

          

En la plaza hay gran cantidad de vendedores de regalos, vestidos con sus coloridos trajes, que usan siempre a diario. Desde aquí, camino de Cuzco vamos a pasar junto a unos puentes de la época inca que cruzan el río Urubamba y que se mantienen en pie gracias a patrimonio.

Nuestra siguiente parada es Andahuaylillas, el sitio donde se encuentra la catedral barroca más impresionante del Perú. Entrar en la catedral y quedar embobado ante tanto arte y tanta belleza es fantástico. El techo es de un colorido extraordinario y la bóveda parece una fantasía de la selva por su colorido.

Las imágenes, los cuadros y los estucados de la pared son fiel representación de la escuela barroca peruana. Todo brilla tanto o más que el oro. Los artesanos, queriendo embelesar a los nativos, colocaron espejos estratégicamente que realzan aún más la luminosa belleza de la obra.

Y seguimos viaje entre montañas hasta llegar a la antigua capital de Perú, Cusco o Cuzco, a 3.400 msnm acompañados por el malestar, pero también por la emoción del viaje, que nos hace sentirnos felices aventureros.

Entramos a Cuzco sobre las cinco de la tarde. Es, como las otras, caótica y llena de sorpresas. El cableado eléctrico en la zona periférica es tan caótico y numeroso que impresiona. Un incendio, una chispa o cualquier accidente sería catastrófico.

Nuestro hotel está en el centro de la ciudad, junto a la plaza de armas, pero solo hemos alcanzado a verla ya encendida. El bullicio de las calles promete una ciudad llena de vida que mañana, algo más descansados, podremos disfrutar todo el día; solos por la mañana y con guía por la tarde.

Recorriendo Perú VIII

DIA 8   LAGO TITICACA.

Hoy tenemos el mal de altura con nosotros. Nunca se puede menospreciar ningún consejo y el de ir despacio es el que mejor tenemos que seguir.

El lago Titicaca (titi: puma, caca: piedra) está a una altura de 4.300 msnm, de modo que aunque parezca fácil, caminar deprisa es tarea imposible. Subir escalera a un primer piso ya fatiga, así que el resto lo dejo a vuestra imaginación.

 

Puno tiene un puerto desde el que salen los barcos turísticos que recorren la parte peruana del lago, pues la mitad está en territorio peruano y la otra mitad en territorio boliviano. Nos adentramos navegando en el lago en dirección a la isla de Taquile con parada en las islas flotantes de los uros.

 

Quedamos desembarcados en una de estas islas y vivimos la experiencia de pisar el suelo de totora (juncos) y sentir el vaivén del agua bajo nuestros pies. Nos acogió la familia (matrimonio a la espera de un hijo) y nos estuvieron explicando como construyen las islas flotantes, cada cuanto tiempo cambian o añaden material al piso; como construyen sus casas y las elevan sobre bancadas de totora que también sustituyen periódicamente y cómo cocinan y de qué se alimentan.

  

Actualmente el gobierno los protege, son de la raza aymara y les permite vender la artesanía que fabrican con sus propias manos y con el material de que disponen. Nos han invitado a conocer su humilde casa, nos han vestido con trajes típicos y tras las fotos de rigor nos han enseñado lo que fabrican, para que les compremos algo que nos guste, todo hecho a mano.

Una vez acabada la visita, en vez de recogernos nuestro barco, el presidente de la isla nos ha llevado en su canoa de totora, de solo seis meses de antigüedad, hasta el centro de reunión para embarcarnos de nuevo hasta isla Taquile. Mientras esperamos, nos han sellado el pasaporte para que quede constancia de nuestra visita al lago.

La barca de totora la maneja con un solo aparejo que hace las veces de remo y timón, colocado en popa de la embarcación. La proa estaba decorada con una cabeza de puma. Titi en aymara significa puma y caca significa roca, de modo que el lago funde los nombres de la naturaleza en el elemento líquido.

Los peruanos dicen del lago: Titi para nosotros y caca para los bolivianos. Al otro lado de la frontera la frase es al revés. Volvimos a embarcar rumbo a la isla de tierra más grande del lado peruano: isla Taquile.

Mientras navegábamos si alguien nos preguntase por dónde lo hacíamos, seguro que le diríamos que en el mar. Tal es la magnitud del lago, 8.500 km cuadrados de superficie de agua dulce.

El lago tiene variedad de pescados, pero el más notable es la trucha, que al ser salvaje tiene un sabor espectacular y diferente al de la de nuestros ríos. Cerca de las orillas hay unos enormes espacios llenos de totora o junto. Al mirarlos no puede uno imaginarse que está en un lago.

Nos acercamos a isla Taquile. En la lejanía, su forma alargada sugiere un brazo musculoso. A medida que nos acercamos vamos viendo lo escarpado de su superficie. Atraca el barco y para recorrer los dos km. que separan el puerto del pueblo tardamos una hora. Es muy escarpado y aunque el camino es bueno, nuestros cuerpos acusan el mal de altura.

Tenemos que parar cada poco a tomar aliento y así disfrutamos del paisaje; el agobio respiratorio junto al dolor de cabeza nos martiriza. Una vez en el pueblo comemos en un restaurante familiar. La gente que habita la isla se ha negado a que la urbanicen y no hay ningún tipo de vehículo,, ni siquiera bicicletas ni tampoco animales de carga.  Ellos mismos suben los abastecimientos a la espalda.

 

Entre las muchas costumbres que conservan hay una que llama la atención. Los hombres tejen sus sombreros con diferentes colores que indican su estado civil, rojo y blanco solteros, rojo solo, casado o en compañía pues no creen en el matrimonio convencional. El restaurante es familiar porque cada semana lo atiende una familia de la isla. Así aseguran que todos colaboren y que haya siempre trabajo.

Las mujeres se cortan el pelo dos veces en la vida y con el cabello cortado tejen fajas para sus maridos. El traje es muy pintoresco, tanto el de ellos como el de ellas.

Embarcamos de nuevo y durante la hora y media que dura la travesía seguimos disfrutando del inigualable paisaje del lago. De regreso a Puno volvemos al hotel y tras salir a cenar algo ligero regresamos pronto ya que mañana a las seis y cuarto nos recogen para salir de camino hacia Cuzco.

Recorriendo Perú VII

DIA 7   CAÑÓN DEL COLCA – PUNO.

El que madruga… se levanta temprano y a las siete y media ya está en camino hacia la Cruz del Cóndor. Salimos de Chivay temprano y la primera parada, a las ocho y cuarto es en Yanque para ver a los niños de la escuela bailar la danza del amor.

Vestidos de mujer y tan solo diferenciados por el color del sombrero, los escolares bailan todos los días en la plaza de armas del lugar para sacar dinero para el viaje de fin de curso.

Seguimos viaje con dos paradas más para admirar la belleza del cañón que forma el río Colca, cuya profundidad es de 3.200 metros. En las laderas del principio del cañón, en los pueblos de Yanque, Achoma y Maca, los cultivos están en andenes, o sea en escalera, como en los cañones del Sil.

  

La belleza del paisaje es sobrecogedora y en los veinticinco km. que hay hasta la Cruz del Cóndor, los ojos se pierden en una naturaleza agreste, verde y con plantas que solo se dan a partir de 3.500 msnm.

Nada más bajar del autobús, cámaras y teléfonos comienzan a intentar plasmar el vuelo de una docena de cóndores que se exhiben ante los visitantes presumiendo de soltura en el vuelo.

   

Hay varias hembras, un macho y cóndores jóvenes. El macho se diferencia de la hembra por una pequeña cresta, como de gallina, pero muy pegada a la cabeza, el cuello blanco y la espalda también blanca cuantos más años tiene. Suele vivir cuarenta y cinco años. El huevo de la hembra pesa 250 gr. Y solo tienen una cría al año. Es monógamo.

    

Su vuelo es majestuoso. Evoluciona y cambia de dirección con una elegancia impresionante. Durante veinte minutos recorrimos un sendero que bordea el cañón y observamos especies de plantas, unos pequeños pajarillos y unos agujeros perfectamente redondos en el suelo, de menos de 5 mm de diámetro. Son entradas al nido, mejor dicho, al panal de las abejas blancas, muy abundantes, que habitan en estas alturas.

Nadie explota su miel pues son tan subterráneos como los hormigueros y no se muestran asustadas ni atacan a las personas a pesar de que sin querer casi las pisamos.

De regreso a Chivay nos detenemos en Maca para visitar el mercado del domingo. Comeremos en Chivay y después comenzaremos el viaje hacia Puno.

Las carreteras en este país carecen de señalización de km y la velocidad media es de 60 km hora, de modo que para recorrer 240 km se necesitan más de cuatro horas, sin contar          que para atravesar los pueblos no hay circunvalación y el tráfico se espesa hasta lo indecible.

Tras hora y media de viaje nos detuvimos en Lagunilla, el lago más alto del mundo en el altiplano. La vista es asombrosa y la vida que bulle dentro de el, numerosa. Hay varias especies de pescados y patos silvestres.

Seguimos viaje pero a las 18,00 ya es noche y no podemos apreciar más vistas. Pasamos por la ciudad de Juliaca, núcleo de más de 300.000 habitantes. Tiene un pequeño aeropuerto y su actividad principal es el comercio.

Sus estrechas calles están abarrotadas de moto-taxi, muy populares en el país, pero aquí más numerosos que las estrellas. La ciudad es extensa y desangelada. Para ser domingo apenas si se ve gente pasear, aunque al atravesarla pasamos por pleno centro, solo hay tráfico y pitidos.

Hasta llegar a nuestro destino, Puno, tuvimos que detenernos dos veces para que las personas pudieran ir al baño, al precio de un sol (0,27 céntimos de euro) por persona en cada gasolinera.

Llegamos a Puno totalmente de noche, nos dejaron en el hotel y salimos a cenar. Parece que es un centro turístico de primer orden y el Gobierno invierte dinero para mantenerlo. Pero sus calles siguen siendo estrechas y de un solo sentido, lo que la convierte en un laberinto para el turista conductor.

Mañana, de día, la visitaremos. Está la ciudad colgada de una de las colinas que rodean el lago Titicaca, por lo que casi todas sus calles son cuestas.

Recorriendo Perú VI

DIA 6   AREQUIPA – CHIVAY

Lo malo que tiene este país es que a las seis de la mañana ya es día claro (creo que lo he dicho y lo repetiré, ustedes perdonen) y a las seis de la tarde, noche cerrada.

Por eso todos los días nos estamos levantando sobre cuatro y media o cinco, dependiendo de la hora a la que nos vengan a recoger. Hoy a las siete y media, con todo el equipaje, embarcamos en un microbús camino del cañón del río Colca. Salir de Arequipa, una vez recogido el resto de pasajeros, nos costó cerca de una hora.

A punto ya de comenzar el recorrido, una parada para adquirir caramelos de coca, hojas de coca o caramelos de muña para atenuar el efecto de las alturas o soroche (nombre quechua).

Subiremos desde los 2.300 metros sobre el nivel del mar de Arequipa hasta los 4.800 msnm del punto más elevado que visitaremos hoy.

    

Por el camino nos hemos detenido varias veces a contemplar vicuñas, a fotografiar los impresionantes volcanes Misti y Chachani desde otra perspectiva y a tomar una infusión de muña. Las infusiones son para tranquilizar el sistema respiratorio. La de coca es poco recomendable para los hipertensos, así que éstos tomarán muña.

Las vicuñas que vimos eran todos machos. Los pastores los apartan de las hembras y solo los juntan quince días en febrero para procrear. Las hembras son adultas a los dos años mientras que los machos lo son a los cuatro.

Las llamas, que tan mala fama tienen, solo escupen cuando están enfadadas o asustadas y son certeras a cinco metros de distancia. El paisaje es increíble. Hay dos tipos de hierba con el que los nativos hacen cuerdas, aperos e incluso cubren los techos de sus casas.

La carretera va serpenteando entre montañas hasta llegar a una zona altiplano en cuyo suelo se van formando acuíferos del deshielo que nutren los ríos deudores del Amazonas. La grandeza de esto no se puede medir con palabras y las fotos tampoco le hacen mucha justicia.

Hemos parado en el mirador de los Andes y caminar tres minutos a 4.800 msnm agota a cualquiera que no sea andino. En este mirador están indicados todos los nombres y alturas de los volcanes que se divisan desde ahí.

 

Seguimos camino de Chivay, un pequeño pueblo donde nos alojaremos hoy para iniciar mañana la ruta del cañón del río Colca y si tenemos suerte, veremos al cóndor. Chivay tiene algo mas de mil habitantes.

Una curiosidad. Al igual que los bereberes hacen montones de piedras en el desierto, aquí se hacen pequeñas torres de piedrecitas para honrar a la Pacha Mama o Madre Tierra, y las llaman apachetas.

Por la tarde hemos visitado Chivay. Nuestro alojamiento estaba a menos de un km del centro y hemos empleado unos quince minutos en llegar. A mí me falta aire y a ella le duele la cabeza, pero ahí vamos. El pueblo está celebrando el sábado y la gente, a pesar del bajón de temperatura de la noche, se pasea, visita un mercadillo ambulante en el que puede encontrarse desde quien te cocine la comida al momento, hasta cualquier cachivache, calcetines, chompas, gorros, etc. ya que el invierno está cerca.

 

Sentados en la plaza hemos visto oscurecer amparados  por las estatuas del cóndor que la presiden y rodean. La paz y la tranquilidad de un lugar así, enterrado entre montañas, nos hace sentirnos tranquilos y felices en esta aventura.

NOTA. Nos han alojado en un hotel que se llama Pozo del Cielo. Es tan hermoso en su sencillez que parece increíble. Hasta hoy la habitación más original es la de éste hotel.